27 de septiembre – San Vicente de Paul, sacerdote († 1660) – España, Toledo: Nuestra Señora del Alcázar – Luxemburgo declara a María su patrona (1666)

Jesús quiere que amemos a María como él la ama

Jesús quiere que amemos a María como él la ama, porque ella es nuestra Madre.

Su Inmaculado Corazón fue traspasado por la espada del dolor, para que todos pudiéramos entrar en su Corazón y ser formados a imagen de Jesús.

En nuestra consagración a María, pidámosle que dirija nuestros deseos, nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestras acciones al Sagrado Corazón.

María conduce a Jesús al templo, él mismo se convierte en el Nuevo Templo que hace sagrada y santa la casa de Dios a través de su Presencia Eucarística en la Tierra.

En el Santísimo Sacramento, vemos lo que proclamó Simeón durante la Presentación: “porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.

María nos ayuda a mantener “los ojos fijos en Jesús”, para que nuestra fortaleza sea la de alegrarnos en él, porque su amor eucarístico consume todas nuestras miserias y repara nuestras carencias.

Nuestra alegría crece cuando miramos el amor de Jesús en el Santísimo Sacramento, porque cada vez que lo miramos, nuestro divino Señor transforma lo que nos pasa y hace más profunda nuestra unión con él.

Cuando le damos todo a Jesús, por intercesión de María, lo bueno y lo malo, todo se transforma para gloria del Padre: "Dios obra en todo para el bien de los que lo aman".

A través de nuestra consagración, María toma nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestras acciones y las hace agradables a Jesús. Los purifica en su amor, los embellece con sus méritos y los presenta al corazón eucarístico de Jesús para que vea y ame en nosotros lo que ve y ama en su Madre.

Este es el gozo de la Consagración.

Padre Florián Racine, fundador de los Misioneros de la Sagrada Eucaristía

Fuente: https://consecration.fr/

https://missionnaires-eucharistie.fr/

Suscribirse es fácil (y también darse de baja).
No lo dudes: suscríbete hoy. ¡Es gratuito!