11 marzo – Italia: Madonna Milagrosa (1855) – Palestina: san Sofronio, Patriarca de Jerusalén

La devoción a san José promete revelarse pronto

La devoción a San José llegó tarde, pero promete revelarse pronto. “El velo que cubre el nombre y el poder del venerable José durante los primeros tiempos del cristianismo aparece como una prolongación del silencio en el que estuvo envuelta su vida mortal. Es la continuación de esa vida oculta, cuyos esplendores debían asombrar más la inteligencia y el corazón de los fieles que el largo tiempo que estuvieron ocultos en el seno de la revelación”, explica el cardenal Pie (1815-1880). De ahora en adelante, todos debemos volver a Nazaret (cf. Lc 2,39).

Al meditar sobre el misterio de la vida oculta, debemos entender que, si Jesús pasó treinta largos años en Nazaret, no fue solo para preparar su vida pública, sino sobre todo para mostrarnos el camino a seguir. Jesús es, de hecho, para nosotros "el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6), desde el primer momento de su concepción y no solo durante los tres años de su vida pública.

Permaneciendo así bajo la autoridad de José y María, nuestro Señor nos invita a hacer lo mismo: es en Nazaret, en la escuela de los padres de Jesús, donde el germen de la vida divina que recibimos en el bautismo, puede crecer, madurar y florecer para dar todos los frutos que Dios tiene derecho a esperar. Todos debemos anhelar crecer, como Jesús y con él, "en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (Lc 2,52), en la escuela de la Sagrada Familia.

Padre Joseph-Marie Verlinde, miembro de Famille Saint-Joseph

Adaptado de: Aleteia

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