22 junio – Proclamación del dogma de María Madre de Dios en Éfeso

Tan pronto como pensamos en María, Dios se vuelve concreto

Tan pronto como pensamos en María, Madre de Dios, Dios se vuelve concreto, vivo y presente entre nosotros, increíblemente familiar, accesible. A través de esta Mujer, la encarnación de Dios, la cruz, el perdón de los pecados, la esperanza de la vida eterna para ti, para mí, todo se vuelve plausible y deseable. Sin Ella, el cristianismo se vuelve vago, teórico, hipotético, sin aroma, moralizante, quizás improbable, en cualquier caso, inservible.

Ella trae a toda esta historia el sello real de autenticidad y de la Palabra sostenida. Está completamente en Dios por elección y por gracia. Ella sigue siendo toda de nosotros por su naturaleza y no por su origen, por su olor inalienable de hija nuestra.

R. P. Bruckberger1, en Marie, Mère de Jésus-Christ (María, Madre de Jesucristo), Ed. Albin Michel, París, 1991.

1 Raymundo Leopoldo Bruckberger es un sacerdote dominico, escritor, traductor, guionista y realizador francés nacido el 10 de abril de 1907, muerto en Friburgo el 4 de enero de 1998.

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