17 diciembre – Italia, Roma: Primera iglesia consagrada a María

Porque su abuela le dio a conocer a Jesus y María

Nunzio Sulprizio demuestra que “la juventud no debe ser considerada como la edad de las pasiones desordenadas, de las caídas inevitables, de las crisis invencibles”, señaló el Papa Pablo VI durante la beatificación del joven italiano. Por el contrario, la juventud es “una etapa de grandes ideales, de heroísmo generoso, de exigencias”, declaró el mismo Papa el 1° de diciembre de 1963.

La vida del pequeño Nunzio estuvo marcada por un gran sufrimiento, tanto físico como moral, pero también por una verdadera fortaleza. Nacido el 13 de abril de 1817 en Pescosansonesco (Italia), Nunzio pierde a su madre a los 6 años, después de haber perdido a su padre tres años antes. El huérfano fue confiado primero a su abuela, quien le enseña a buscar a Jesús presente en la Eucaristía e invocar a la Virgen María.

Pero la mujer piadosa muere en 1826 y será un tío violento quien cuidará de Nunzio. Inmediatamente, el niño es retirado de la escuela y enviado a trabajar. Maltratado por su tío, se lesionó la pierna y hasta el último momento de su vida cargará con esa discapacidad.

Afortunadamente, Nunzio fue adoptado luego por un hombre muy creyente, Gaetano Errico, que le inculca una fe viva. Pero su caso es considerado incurable por los médicos y su salud sigue deteriorándose. Muere el 5 de mayo de 1836, en el Hospital de los Incurables de Nápoles. En su lecho de muerte anima a su confesor que llegó para administrarle los últimos sacramentos: “Sea feliz, desde el Cielo, siempre le ayudaré.

Nunzio es uno de los siete beatos (con el Papa Pablo VI y Monseñor Oscar Romero) que el Papa Francisco canonizó el 14 de octubre de 2018.

Suscribirse es fácil (y también darse de baja).
No lo dudes: suscríbete hoy. ¡Es gratuito!