3 febrero – Italia: La pequeña Madonna (1696)

¡Es tan fácil darle alegría!

Un día el Señor pidió a San Francisco que le diera algo. El Santo respondió: Señor, no puedo darte más de lo que ya te he dado: todo mi amor”.

Jesús sonrió y dijo: “Francisco, dame nuevamente todo y me darás nuevamente la misma alegría”.

De la misa forma, nuestra querida Madre acoge diariamente el Ave María que le ofrecemos con la misma alegría con la que ella escucho el saludo de boca del Ángel Gabriel el día de la Anunciación, cuando se convirtió en la Madre del Hijo de Dios.

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