13 febrero - Muerte de Sor Lucía de Fátima (2005)

La misión profética de Fátima no ha terminado

Si alguien piensa que la misión profética de Fátima ha terminado, está muy equivocado. Aquí revive ese plan de Dios que desafía a la humanidad desde sus orígenes: “¿Dónde está tu hermano Abel? (...) ¡La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra!” (Gn 4,9). El hombre pudo iniciar un ciclo de muerte y terror, pero no lo pudo detener.

En las Escrituras, con frecuencia Dios aparece buscando a los justos para salvar a la ciudad y eso es lo que ocurre en Fátima, cuando Nuestra Señora pregunta: “¿Quieren ofrecerse a Dios para asumir todos los sufrimientos que él quiera enviarles, en reparación por los pecados con los que se le ofende y en intercesión por la conversión de los pecadores?” (Memorias de sor Lucía, I, pág.162).

A la familia humana, dispuesta a sacrificar sus más santos lazos en el altar del mezquino nacionalismo, de la raza, de la ideología, del grupo, del individuo, nuestra bendita Madre ha venido desde el Cielo a poner en el corazón de quienes se encomiendan a ella, el amor de Dios que arde en el de ella.

Papa Benedicto XVI, Homilía en la explanada del santuario de Fátima, 13 de mayo de 2010 (extractos).

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