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Las brigadas del Rosario en Filipinas son más poderosas que el COVID-19

Uno de los aspectos más difíciles de la cuarentena es estar separado de la propia familia. Una lectora del columnista, Domini Torrevillas, del periódico filipino Philstar, compartió este testimonio:

“Mi esposo es cirujano y mis hijos también. Desde la pandemia, mis hijos han tenido que aislarse de nosotros por miedo a infectarnos con el COVID-19. Recientemente, mi marido ha reanudado sus actividades, por lo que tenemos que dormir en dormitorios separados. Cada vez que mis hijos se hacen la prueba del COVID-19, sufro palpitaciones hasta que no conozco el resultado. ¡Reconozco que es por la gracia de Dios que todavía estoy viva! ¡Rezo para que el Señor los proteja con su Preciosa Sangre y que nuestra Madre María los cubra con su manto protector!”.

La misma oración por la intervención divina en estos tiempos difíciles impulsó a los miembros de la fundación de exalumnos de la Universidad Centro Escolar (Filipinas) a crear una Brigada del Rosario, del 19 de junio al 10 de julio. Bajo la dirección del presidente de la Fundación, el Dr. Paz Lucido, 17 voluntarios, entre los que hay oficiales, funcionarios y exalumnos residentes en Manila, Sídney y algunas ciudades de California, dirigieron una brigada del Rosario vía Zoom.

Cada día se nombraba un responsable del Rosario, así como cinco participantes para cada uno de los misterios. Luego todos juntos cantaban himnos, lo que hizo de este evento una experiencia "viva y fascinante", según Betty Lou Penera, exdirectora de planificación e investigación de comunicaciones en la Agencia de Noticias de Filipinas. La Brigada del Rosario se organizó en respuesta al llamado a la oración del papa Francisco, especialmente para las personas infectadas con el COVID-19 en todo el mundo.

La “Brigada del Rosario —explica Betty Lou— nos ha dado una pausa necesaria en nuestras actividades y, es más, el coronavirus, que tanto nos asusta, nos ha sacado de nuestro letargo para animarnos a rezar y pedir a Dios su misericordia y su luz para guiarnos”.

Adaptado de un artículo de Domini Torrevillas publicado en Philstar, el 8 de junio de 2020.

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