6 marzo – Italia, Padua: Nuestra Señora de las Gracias (1630)

¡El Rosario le impidió volverse loco!

Yo había oído hablar de esta historia, mucho antes de devenir católico. Un joven soldado americano fue metido en una prisión sofocante en plena jungla y tirado sobre el suelo sucio, casi inconsciente. Ahí, cada hora era regularmente golpeado. Ese maltrato brutal, constante y despiadado no tenía ninguna justificación.

Sin embargo, tirado en el suelo había conseguido con el dedo tembloroso trazar una cruz en la tierra. Casi imperceptiblemente sus labios murmuraban: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo… y diariamente meditaba los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos del Rosario. Esto fue lo que le impidió volverse loco, en medio de una situación de dureza incomprensible.

Después de mi conversión al catolicismo yo pensaba que el Rosario era simplemente una oración de devoción bella y profunda. Fue el testimonio conmovedor de este soldado que me hizo comprender que era mucho más. Es una oración durante la cual las palabras se disipan poco a poco, para hacernos entrar “en el silencio del amor divino”.

Ese soldado torturado realizo que el Rosario era un encuentro con el Señor que le habia permitido permanecer en vida. ¿Y si nosotros viviéramos el Rosario de la misma forma? 

Tod Worner

Médico, católico convertido. Escrito para dicho blog A Catholic Thinker.

Aleteia

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