5 febrero – Rusia: Nuestra Señora de Chernigov

Por qué la Iglesia la llama « Puerta del cielo, siempre abierta »

En su gran sabiduría, la Iglesia, experta en la comprensión de la condición humana, ofrece a sus fieles palabras de gran confianza para la hora decisiva ("Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros en la hora de nuestra muerte..."). Pero no rezamos a la Virgen como un regreso nostálgico a la infancia; todo lo contrario, sino con una proyección futura en la que sabemos que nuestra Madre nos precede y nos espera.

Si le rezamos a María a la hora de nuestra muerte es también porque Ella sola, desde el día de su Asunción, se reunió con su Hijo Jesús en la gloria del cielo en cuerpo y alma. De manera que Ella, incluso, puede recibirnos como "la mejor anfitriona", en el Paraíso.

En Ella se ha realizado totalmente el curso del destino humano. Ella nos precede, Ella nos espera, Ella nos dará la bienvenida, así lo esperamos. Por esta razón la Iglesia la llama "Puerta del cielo siempre abierta" y nos pide mirar su estrella para llegar al puerto de toda dicha.

Padre Guillaume de Menthière

Tomado del libro : Je vous salue Marie, Paris 2000

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